La presente edición, preparada por G. R. S. Mead contiene el texto y los diversos comentarios que se conservan en la joya de la Gnosis de Alejandría».

Aunque inicialmente Los Oráculos Caldeos se atribuyeron al profeta persa Zoroastro, con posterioridad se llegó a la conclusión de que su autor fue Juliano el Teurgo. Escritos en hexámetros, en el texto se mezclan filosofemas del platonismo medio y el neopitagorismo con representaciones míticas y fantásticas; también hay una clara influencia de la religiosidad oriental y se desprende la intención de comunicar un mensaje divino revelado. Pertenecen al siglo II d. C. En el Renacimiento Los Oráculos Caldeos serán recuperados junto al Corpus Hermeticum de Hermes Trismegistos.

Numenio de Apamea, Oráculos caldeos, Gredos, Madrid, 1991

«Un oráculo es la respuesta que una divinidad establecida en un lugar geográfico determinado ofrece a la pregunta de un devoto. Los Oráculos Caldeos son anteriores a Numenio de Apamea, sobre quien han influido y presuponen una concepción de la realidad que puede catalogarse, dejando de lado lo que les es peculiar, con las preneoplatónicas. Su origen histórico debe proceder de Siria, tierra de magos (= caldeos).
De Numenio se incluyen las obras: Sobre el bien. Sobre los secretos de Platón. Sobre el divorcio de los académicos de Platón. Sobre la incorruptibilidad del alma. Fragmentos diversos».