Marcelo D. Boeri, Los estoicos antiguos: sobre la virtud y la felicidad, Editorial Universitaria, Santiago de chile, 2004

“Los estoicos antiguos (como la mayor parte de los filósofos helenísticos) han sido tradicionalmente relegados en los cursos universitarios de nuestro medio hispanoparlante. Probablemente, una de las principales razones de ello es el lamentable estado fragmentario en que nos han llegado sus obras. Puede resultar una experiencia muy estimulante, sin embargo, descubrir el significativo cambio de perspectiva que se produjo en el pensamiento filosófico griego unos pocos años después de la muerte de Aristóteles, cuando el estoico Zenón de Citio comienza sus enseñanzas en el Pórtico Pintado (Stoá) de Atenas (alrededor de312 a.C.). Aunque las figuras centrales de este libro son Zenón, Cleantes y Crisipo (los máximos representantes del estoicismo antiguo), en ocasiones se han incluido pasajes atribuidos a Aristón de Quíos, Panecio, Posidonio y Epicteto, pero siempre en la medida en que los mismos era útiles para aclarar o ampliar una tesis defendida por un estoico antiguo. La traducción directa del griego y el latín, introducción, análisis introductorios a cada sección y notas estuvieron a cargo de Marcelo D. Boeri, profesor de filosofìa en la Universidad de los Andes (Santiago de Chile)”.

La presente edición, preparada por G. R. S. Mead contiene el texto y los diversos comentarios que se conservan en la joya de la Gnosis de Alejandría».

Aunque inicialmente Los Oráculos Caldeos se atribuyeron al profeta persa Zoroastro, con posterioridad se llegó a la conclusión de que su autor fue Juliano el Teurgo. Escritos en hexámetros, en el texto se mezclan filosofemas del platonismo medio y el neopitagorismo con representaciones míticas y fantásticas; también hay una clara influencia de la religiosidad oriental y se desprende la intención de comunicar un mensaje divino revelado. Pertenecen al siglo II d. C. En el Renacimiento Los Oráculos Caldeos serán recuperados junto al Corpus Hermeticum de Hermes Trismegistos.

Numenio de Apamea, Oráculos caldeos, Gredos, Madrid, 1991

«Un oráculo es la respuesta que una divinidad establecida en un lugar geográfico determinado ofrece a la pregunta de un devoto. Los Oráculos Caldeos son anteriores a Numenio de Apamea, sobre quien han influido y presuponen una concepción de la realidad que puede catalogarse, dejando de lado lo que les es peculiar, con las preneoplatónicas. Su origen histórico debe proceder de Siria, tierra de magos (= caldeos).
De Numenio se incluyen las obras: Sobre el bien. Sobre los secretos de Platón. Sobre el divorcio de los académicos de Platón. Sobre la incorruptibilidad del alma. Fragmentos diversos».

Sexto Empírico, Esbozos Pirrónicos, Gredos, Madrid, 1993

«Escritos muy probablemente en la primera mitad del siglo II d.C., los Esbozos Pirrónicos son la formulación de las ideas de una escuela filosófica surgida en el siglo I a. C., heredera del antidogmatismo de Pirrón y la Academia y cuyos seguidores se dieron a sí mismo el calificativo de escépticos: «los que se dedican a observar»; algo así como «los que están abiertos a cualquier forma de pensamiento, sin aferrarse a ninguna»».

«El fundamento del escepticismo es la esperanza de conservar la serenidad de espíritu».

Sexto Empírico

Aristóteles, Ética a Nicómaco, Alianza, Madrid, 2001

«Figura capital del pensamiento filosófico de Grecia junto con Platón, su maestro, ARISTÓTELES (384-322 a.C.) fue autor de una vasta obra que abarcó desde la lógica y la metafísica a la biología y las ciencias naturales, pasando por la retórica, la poética, la política y la ética. Conjunto de recomendaciones dirigidas en un principio a la educación de su hijo, su ÉTICA A NICÓMACO -cuya traducción, así como introducción y notas, corren a cargo de José Luis Calvo Martínez- plantea y trata esencialmente la cuestión de cómo debe el ser humano ordenar su conducta para alcanzar la felicidad. Según Aristóteles, además de las virtudes o facultades intelectuales específicas del hombre, existe una capacidad complementaria o virtud moral basada en tres pilares -la naturaleza (physis), la costumbre (ethos) y la razón (lógos)- que debe ser, en definitiva, su pauta de conducta».

Aristóteles – Metafísica

9 diciembre, 2010

Aristóteles, Metafísica, Alianza, Madrid, 2008

«Discípulo de Platón, Aristóteles (384-322 a.C.) es considerado como uno de los mayores genios de Occidente y su filosofía marcó indeleblemente no sólo la historia intelectual del mundo cristiano (el movimiento escolástico es sólo un ejemplo de su influencia), sino también el pensamiento medieval judío y musulmán. En la Metafísica  –traducida, presentada y anotada por María Luisa Alía Alberca– Aristóteles rebate la teoría platónica de las Ideas y expone su propio concepto de las realidades suprasensibles, en el cual convergen ontología y teología; la fusión de ambas, denominada por Aristóteles “filosofía primera”, es el tema de esta obra que contiene algunas de las más fecundas y seminales ideas aristotélicas».

«Hijo de Nicómaco, médico del rey macedonio Amintas II. A los 18 años se trasladó a Atenas ingresando en la Academia de Platón. Después abandona Atenas para vivir primero en Asso y después en Mitelene. En esta ciudad recibió la llamada de Filipo de Macedonia para educar a su hijo, Alejandro. Una vez el gran Alejandro accedió al trono macedonio, Aristóteles regresó a Atenas donde fundaría una escuela, el Liceo. A la muerte de Alejandro (323 a.C.) el partido nacionalista le acusó de impiedad. Aristóteles abandonó la ciudad y se marchó a Calcis donde falleció al año siguiente».

Platón – La República

30 noviembre, 2010

Platón, La República, Alianza Editorial, Madrid

«En el período que transcurrió desde su infancia hasta su muerte, PLATÓN (ca. 428-ca. 347 a.C.) conoció la decadencia de la grandeza ateniense, jalonada por numerosos y señalados episodios históricos que, junto con su reiterado fracaso político en Siracusa, influyeron poderosamente tanto en su actividad política como en su trabajo intelectual. LA REPÚBLICA presenta el modelo de ciudad donde domina la justicia frente al desorden, la confusión y la perversión; sin embargo, como señala Manuel Fernández-Galiano en la introducción al volumen, el diálogo no apunta a la construcción ideal de una sociedad perfecta de hombres perfectos, sino que es un tratado de medicina política con aplicación a los regímenes existentes en su tiempo».

Platón (427-347 a.C)

Sofistas, Testimonios y Fragmentos, Biblioteca Básica Gredos, Editorial Gredos S.A. Madrid, 2002
274 páginas

Traducción y notas de Antonio Melero Bellido

Incluye:

Introducción General – Protágoras – Gorgias – Licofrón – Hipias – Antifonte – Critias

Emilio Lledó, El epicureísmo, Taurus, Madrid, 2003

«Frente a la mística de las palabras vacías, de los consuelos imposibles y de los premios o castigos de otro mundo, Epicuro levantó la firme muralla de un mensaje revolucionario. Con ello alumbró, de una luz distinta, la democratización del cuerpo humano, el apego a la vida y a la desamparada carne de los hombres, entre cuyos sutiles y misteriosos vericuetos alentaba la alegría y la tristeza, la serenidad y el dolor, la generosidad y la crueldad. Y, sobre todo, imaginó una educación y política del amor, única forma posible y esperanzada de seguir viviendo.

Epicuro lanzó uno de los mensajes más creadores del pensamiento filosófico que, por razones no muy difíciles de entender, ha sido tergiversado por los que sintieron amenazada la hipocresía de la que se alimentan. La filosofía de la corporeidad y del placer no fue, en ningún momento, esa grosera versión ideológica que una buena parte de la tradición nos ha entregado.

Entre otras muchas cosas, el epicureísmo nos puso en camino de superar, desde una revolucionaria idea de la existencia, la doble moral, la doble o múltiple verdad, bajo la luz que se levanta desde el reconocimiento real del cuerpo, de su libertad y de su forzosa y solidaria instalación en el mundo».

http://www.editorialtaurus.com/es/libro/el-epicureismo-1/

Carlos García Gual/Diógenes Laercio, La secta del perro seguido de Vidas de filósofos cínicos, Alianza (Clásicos de Grecia y Roma), Madrid, 2005

«Movimiento intelectual negador de los valores acartonados de una civilización en crisis, el cinismo griego denuncia la falta de libertad auténtica y reivindica la autonomía del individuo frente a la familia, la ciudad y la moral de compromiso. Hostiles al consumo, las convenciones y el progreso, los cínicos utilizan el humor corrosivo, la sátira y la desvergüenza como armas para ejercer su crítica».

«Cuenta Menipo en su Venta de Diógenes que, cogido prisionero y siendo vendido como esclavo, le preguntaron qué sabía hacer. Respondió: «Gobernar hombres». Y dijo al pregonero: «Pregona si alguien quiere comprarse un amo»».

Diógenes Laercio